Estoy cansada, deprimida, odio a la gente, excepto a mis padres, mis gatos y a mi novio.
No quiero saber de amigas, ni conocidos, ni allegados, de historias tristes de vagabundos y animales maltratados porque ya tengo saturado el corazón y la cabeza con tantas cosas tristes.
Quiero centrarme en lo que va bien, ¿para qué darle mil vueltas a las cosas que no funcionan? Pero así soy yo, rara, obsesiva con lo que va mal, obsesiva con algún ideal idiota de perfección inexistente. No le importo a nadie más que a la gente más cercana, eso es lo cierto.
Como confiar en gente ajena a mí, si ni siquiera aquellos más cercanos en ocasiones logran alcanzar estas metas tan inalcanzables que me pongo, a lo mejor lo que me gusta es decepcionarme de la gente, saber que estoy SOLA.
Mi problema de siempre, estar sola contra un mundo de mierda; ser hipersensible ante cosas que no merecen la pena. En conclusión, no saber afrontar la vida y esa es de las cosas que nunca se aprenden.